Unos 30,000 turistas, la mayoría extranjeros, fueron albergados este domingo en lujosos hoteles de Los Cabos, los cuales fueron habilitados como refugios ante el embate del huracán Odile en esa región.
Hay «30,000 turistas, 26,000 extranjeros y 4,000 nacionales, ubicados en los hoteles como refugios temporales», dijo en conferencia de prensa el director de Protección Civil, Luis Felipe Puente.
Odile alcanzó este domingo la categoría 3 de un máximo de 5 en la escala Saffir-Simpson, y por la noche tocó tierra en Los Cabos, Baja California, un destino turístico visitado sobre todo por estadounidenses, lo que ha obligado además a la evacuación de residentes de zonas costeras o con riesgos de deslaves.
Tras tocar tierra, el huracán Odile se degradó este lunes a categoría 2, según informó el Sistema Meteorológico Nacional.

Varios turistas caminan cerca de la entrada de un complejo hotelero, parcialmente destrozada por el huracán Odile, en Los Cabos, México, el 15 de septiembre de 2014. Odile golpeó con fuerza a la península de Baja California en la madrugada del 15 y arrancó fachadas de los hoteles de lujo, destrozó ventanas y autos, además de dejar las zonas de entrada a los hoteles inundadas y llenas de escombro
La dependencia señaló que el meteoro se ubica en tierra a 60 kilómetros al oeste de La Paz, Baja California Sur con vientos máximos de 175 km/hr y rachas de 195 km/hr, desplazándonse a 26 kilómetros por hora hacia el nor-noroeste del estado.
El director de Protección Civil precisó que «18 hoteles están certificados como refugios temporales» hasta el momento.
Para el resto de la población de los municipios de Los Cabos y La Paz han sido habilitados 164 albergues con capacidad para 30,000 personas.
Las evacuaciones de los residentes de la región comenzaron desde el mediodía de este domingo, añadió Puente.
El huracán, que tocó tierra la noche del domingo con categoría tres, derribó árboles, postes de electricidad y señales de tráfico a lo largo de la autopista principal, inundada en al menos un lugar. Los vestíbulos y fachadas de varios hoteles también sufrieron daños.
Las ventanas del Hotel Westin estallaron en pedazos, barro y rocas bloquearon los accesos al Club Regina y el Hotel Hilton sufrió daños. «Se trata de todo el corredor» entre San José del Cabo y el Cabo San Lucas, dijo Deneb Poli, paramédico del Melia Cabo Real. Afirmó que todos los turistas alojados en el establecimiento así como los trabajadores se encuentran bien pero la electricidad y las líneas telefónicas se caen. «Hay partes de hoteles totalmente colapsadas… hay muchos daños», dijo.
El huracán, que llegó a alcanzar la categoría 4 y después se degradó a 3, se desplazaba sobre la península de Baja California con vientos constantes de 175 Kph. El ojo del huracán estuvo 60 kilómetros al oeste de La Paz y se movía en dirección a norte a 26 Kph. A media mañana del lunes había dejado de llover y el viento había disminuido. El periódico local Tribuna de los Cabos informó que hubo algunos heridos por los cristales rotos, cortes de electricidad y semáforos que dejaron de funcionar así como un incendio en el resort Cascadas en la playa de Médano, del que no se tienen más detalles.
El sur de Baja California está plagado de complejos hoteleros que se levantan entre pequeñas comunidades pesqueras y barrios humildes. Muchas de las viviendas no están preparadas para soportar huracanes. Los meteorólogos predijeron una peligrosa tormenta con grandes olas, así como intensas lluvias capaces de provocar deslizamientos de tierra e inundaciones. Mientras el viento huracanado sacudía las palmeras bajo la intensa lluvia, la gente descansaba o empleaba revistas para abanicarse en abarrotadas habitaciones seguras.
Algunos hacían crucigramas o escuchaban música en sus teléfonos. En un hotel cerca de San José del Cabo, la electricidad se fue poco después del anochecer y un generador mantenía las luces mínimas encendidas. «Es un poco incómodo que no tengamos otra opción que sentarnos a esperar, eso me hace sentir un poco de miedo», explicó Denise Mellor, una turista californiana que acudió a uno de esos refugios.
Las operaciones en el aeropuerto de Los Cabos fueron suspendidas la tarde del domingo, así como se prohibió la navegación en todos los puertos del sur de la Península, se suspendieron las clases previstas para este lunes y se cancelaron las celebraciones agendadas por las fiestas patrias, concluyó el funcionario.