Quince de los pueblos amurallados, que debes visitar
Existen y todos los sabemos, lugares de nuestra comarca o de nuestros descubrimientos viajeros que no están en las guías de viaje. Aquí algunos ejemplos y…. a aprontar las maletas. Primero, los pueblos amurallados.
En la Edad Media muchos castillos eran como pequeñas aldeas cuyos habitantes trabajaban fuera, pero dormían en el interior de la fortaleza. El crecimiento de las poblaciones acabó derribando las murallas y las aldeas crecieron convirtiéndose en pueblos o ciudades. Algunas siguieron siendo pueblos-castillos conservando las puertas de entrada y con la población viviendo en su interior. Son pequeños tesoros medievales que han sobrevivido a estos tiempos de acero y vidrio.
Castellar de la Frontera, Cádiz
Totalmente encerrada en una fortaleza (Castellar significa precisamente lugar del castillo) es Conjunto Histórico. Cuando hace unos años se construyó un nuevo pueblo abajo, poco a poco todo el mundo se fue marchando a el. Luego fueron llegando extranjeros que compraron las casas por cuatro perras, y las arreglaron. Después llegó la electricidad. Hoy, conseguir una casa dentro del pueblo-fortaleza es casi imposible. De su época hippy queda una especie de poblado-móvil formado por pequeñas caravanas de todos los países que acampan en el exterior todo el año.
Montfalco Murallat, Lérida
Con aspecto morisco, semeja desde lejos un navío. Una única puerta da entrada a este pueblo-castillo completamente amurallado que domina parte de la comarca de la Segarra. Aun en verano siempre hace fresquito, debido a la «marinada» (el viento de la costa). Numerosos turistas suben hasta aquí para ver la fortaleza. Pasada la puerta de entrada, que es a la vez mirador sobre campos de cereales, hay una corta calleja que comunica con una pequeña plaza y varias calles, algunas de las cuales están cubiertas por arcos. En un extremo queda la iglesia de Sant Pere cuyo ábside es una torre redonda. Sobre las puertas letreros de «se vende miel».
Galisteo, Cáceres
Un camino de encinas saluda al llegar a la población, que surge al fondo con la muralla rodeándola. Se pasa bajo la Puerta del Rey (una de las tres entradas que tiene la villa) sobre la que campea el gastado escudo de los Condes de Galisteo y surge un pueblo decasas bajas y limpias que tiene marcados en algunos dinteles de piedra el año de construcción y el nombre de su primer dueño. En el centro la plaza, con lateral de soportales, y la Puerta de Santa María, con la iglesia de la Asunción de ábside mudéjar. Se puede recorrer la muralla por arriba, aunque el paseo bonito es por fuera. Es Conjunto Histórico y la mejor hora para verlo, el atardecer, cuando las piedras toman bello color dorado.
Niebla, Huelva
A comienzos del siglo XI fue capital de un reino taifa independiente y, en 1257, los árabes emplearon por primera vez la pólvora, un siglo antes de que empezase a ser conocida en Europa. Es Conjunto Histórico y sus murallas son de origen romano con 2 kilómetros de perímetro, 40 torreones y 4 puertas: de Sevilla, del Agua, del Rey y del Socorro, así como el Castillo de los Guzmanes. Por aquí anduvieron los tartesios y se pueden ver restos de un embarcadero de época romana, lo mismo que el puente.
Alarcón, Cuenca
El lugar fue ocupado por los romanos y más tarde por los visigodos que le dieron el nombre de Alaricón, en recuerdo de su rey Alarico. Los árabes, en el XI, levantaron el castillo, que pasó a manos cristianas en 1184. En el residió en el XIV el enigmático marqués de Villena quien lo reconstruyó, y a mediados del XV el infante don Juan Manuel escribió entre sus muros muchas de sus obras. Castillo y pueblo están levantados sobre una península rocosa aislada porlas profundas hoces del río Júcar. Por encima se alza la torre del Homenaje privilegiado mirador sobre la comarca. El recinto amurallado se conserva casi en su totalidad, así como torres y puertas, que lo convierten en uno de los conjuntos defensivos mejores de España. El castillo -Conjunto Histórico- actualmente es Parador de Turismo.
Pedraza, Segovia
Conjunto Histórico con sólo una puerta de entrada y completamente amurallado. A el se accede por la puerta de la Villa, morisca y reedificada en el siglo XVI, que muestra el escudo del duque condestable de Castilla. La calle Real sube hasta la plaza Mayor, flanqueada de antiguas casonas. En esta, porticada y una de las más bellas de Castilla, se alzan la torre románica de la iglesia de San Juan y los palacios de los marqueses de Lozoya y Miranda. El monumento más importante es el castillo, algunas de cuyas piedras se aprovecharon para construir casas del pueblo. Fue enclave romano antes que árabe, y durante cinco años su cuadrada torre del Homenaje sirvió de prisión a los infantes franceses, que después serían los reyes Francisco II y Enrique II. La fortaleza fue adquirida por el pintor Ignacio Zuloaga y hoy pertenece a sus descendientes, que la han habilitado como museo.
Ávila
Patrimonio Mundial, es la mayor de las ciudades amuralladas de España con dos kilómetros y medio de perímetro. La construcción de sus murallas -12 metros de altas, 88 torreones y 9 puertas- se remonta al siglo XI. Después de la última reconquista de la ciudad, Alfonso VI la repobló con gentes de Asturias, Cantabria, Galicia y León. Estos durante quince años, con ayuda de prisioneros musulmanes, levantaron la muralla con sus torres, almenas y espadañas. Se utilizaron restos romanos o de antiguas fortificaciones y algunas de estas pìedras pueden verse en las murallas. Da la impresión de algo irreal, una imagen medieval, en la que parece que de un momento a otro van a surgir guerreros sobre sus almenas. Ha sido Ávila de los Caballeros, Ávila de los Santos, Ávila del Rey, Ávila de los Leales… pero, sobre todo, Avila de Santa Teresa a cuyo nombre irá para siempre unida la ciudad.
Lugo
Con 2.266 metros de perimetro, una altura media de 12 y 85 torres es Patrimonio Mundial. Roma rodeó la ciudad de murallas en el siglo III, siendo la unica muralla romana que se conserva íntegra en el mundo. Por aquí pasaron suevos, godos y musulmanes. Luego sufrió las invasiones normandas y más tarde las largas pugnas entre obispos y señores. Y aun habrían de pelearse a sus puertas los ejércitos ingleses y franceses y soportar las guerras carlistas cuando la muralla sufrió mas destrozos. Si se quiere conocer Lugo lo primero es pasear sus puertas y murallas. Por encima se puede dar completa la vuelta al casco antiguo. De las 10 puertas de la muralla la mas antigua es la del Carmen, la del camino francés por donde salían los peregrinos.
Gerona
De origen romano (años 70 aC), sus murallas fueron ampliadas en época medieval en el siglo XII, y sobre todo el XIII, la época de mayor esplendor de la comunidad judía. Hoy el call (barrio judío) es uno de los más importantes de Europa y uno de los principales atractivos turísticos de este Comjunto Histórico. En el siglo XIV crece su importancia militar y en los siguientes la ciudad crece con mejoras en las murallas para proteger la ciudad de ataques por parte de las tropas francesas, sobre todo en 1808 y 1809 el asedio más destructivo que tuvo. Hoy su camino de ronda tiene uno de los recorridos más extensos de Europa de aquella época. Sus torres son miradores sobre ciudad y alrededores.
Morella, Castellón
Dos kilómetros y medio de murallas, con seis puertas y 14 torres, hacen del Conjunto Histórico de Morella una de las ciudades mejor protegidas de España. Se accede a través del arco ojival bajo las enormes torres de San Miguel, donde hay una cruz gótica llamada de las Tres Testes Coronades, porque representan a los tres personajes más ligados a la historia de Morella: San Vicente Ferrer, el Rey Fernando de Antequera y el Papa Luna (Benedicto XIII). Los tres se reunieron en esta ciudad en 1414 para intentar que el papa Luna dejase de serlo. Se vaya por donde se vaya, todo son antiguos palacios, con escudos construidos en piedra, en los que destacan aleros con maderas talladas. La historia de Morella va unida al general Cabrera, el Tigre del Maestrazgo, quien luchó contra las tropas reales.
Peñíscola, Castellón
En este rincón mediterráneo de tranquilas playas, la naturaleza ha levantado un promontorio duro de laderas estériles que sirve de asentamiento a un antiquísimno enclave hoy Conjunto Histórico. Aquí, el cartaginés Amilcar Barca levantó bastiones que todavía se mantienen, y Anibal juró odio eterno a los romanos. Siglos después llegaron los árabes y, más tarde, Jaime I la conquistó y la donó a los templarios, quienes levantaron el castillo. Cuando estos monjes-soldados fueron perseguidos, Peñíscola pasó a la orden sanjuanista y, luego, a la de Montesa. Las actuales murallas fueron construidasen tiempos de Felipe II. Casi todo ha resistido el paso del tiempo: arcos, puertas y la escalera labrada en la misma piedra que baja desde el castillo hasta el mar. La vieja ciudad conserva empinadas callejuelas, pequeñas casas con terrazas típicas de pueblo pescador y balcones de hierro.
Urueña
Es el recinto amurallado más extenso de Aragón. Reconquistada por Alfonso I el Batallador (quien le otorgó el título de ciudad) Daroca es una larga calle Mayor llena de bares donde se toma vino de Cariñena, por lo que a veces parece más larga. La entrada más bonita es donde se halla la famosa fuente y la llamada piedra de Ruejo. La ciudad, amurallada y con 116 torreones, conserva casonas señoriales por todas partes y está declarada Conjunto Histórico. Desde la torre de San Cristóbal se contempla la mejor vista. Daroca es famosa por sus corporales. En el siglo XIII, después de una batalla, las Sagradas Formas aparecieron ensangrentadas y pegadas a los corporales. Se guardan en la colegiata y salen sólo una vez al año, el domingo siguiente a la solemne procesión del día del Corpus.
Granadilla, Cáceres
A orillas del embalse de Gabriel y Galán. El casco urbano, de forma circular está rodeado totalmente por una muralla almohade. Les fue arrebatada a los árabes en 1170 y el pueblo se levantó en 1475 cuando pasó a poder de la casa de Alba. En 1965 se construyó el embalse y se inundaron las tierras, teniendo que emigrar sus habitantes. En 1980 se declaró Conjunto Histórico. En medio del pueblo se encuentra la plaza Mayor, tan cuidada que desentona en un pueblo vacío; en ella uno de los mejores edificios, el Ayuntamiento y, al fondo, la iglesia de la Ascensión. Desde lo alto de las torres de entrada se contempla todo el pueblo. En realidad es como un museo y los únicos que la habitan son los encargados de su mantenimiento.
Maderuelo (Segovia)
Cuando llega agosto desciende el nivel de las aguas del embalse de Linares y puede verse el antiguo puente romano, así como la veleta de la iglesia del pueblo de Linares del Arroyo. Un puente moderno ha sustituido al antiguo cerca de la ermita románica de la Veracruz -monumento nacional-, cuyas bellas pinturas románicas acabaron en el Museo del Prado de Madrid. Al otro lado, rodeando las casas de Maderuelo, se alzan en lo alto del cerro las murallas, que se están restaurando poco a poco y recuerdan la imagen de un barco. Al pueblo se entra por la almenada puerta de los Dos Arcos, donde nacen las dos calles de la villa. Maderuelo es un tranquilo lugar de casas de adobe y dinteles de piedra, en muchas de las cuales figuran antiguas piedras grabadas con extraños signos, sobre todo flores o círculos, provenientes de la ciudad romana y visigoda que antes hubo. Las leyendas hablan de cuevas que comunican las casas del pueblo por debajo. Dos iglesias, una en cada extremo, se reparten las devociones: la de San Miguel y la de Santa María, antigua mezquita según muestran los tres arcos árabes de herradura y con una momia en su interior de incierto origen. Otra cosa de la que están muy orgullosos sus habitantes es de la fuente de Aguachines donde parece ser se curan las enfermedades del riñón. El lugar está lleno de historias, muchas con base real. Su fiesta más importante es la romería de la Virgen de Castroboda, el último domingo de septiembre.