En el marco del 2º Encuentro Regional de Cruceros,Uruguay estudia establecer rutas de turismo náutico fluvial en sus principales ríos, como destacó el director nacional de Turismo, Benjamín Liberoff, agregando que Uruguay estableció contactos con expertos españoles para intercambiar información sobre las posibilidades de desarrollar, en el futuro, un modelo de turismo fluvial en el país.
Además del trayecto por el río Uruguay, también se baraja abrir nuevos caminos por el Arapey, el río Negro, el Santa Lucía y el Queguay. Liberoff puso sobre relieve el turismo de cruceros, que registró en este país casi 240 amarres y movió a 400.000 personas durante la temporada 2013-2014. Del total de personas recibidas, 186.000 procedían de Brasil, 119.000 de Argentina, 44.000 de Europa y 41.500 de países norteamericanos.
Los “Cruceros Fluviales”, se publicitan como el medio más cómodo y despreocupado de conocer otros países, otras idiosincrasias, paisajes y gentes; la forma más relajada de viajar.
Son relativamente nuevos y han revolucionado el mundo del crucerismo. No obstante, haciendo un poco de memoria podemos darnos cuenta que los ríos, han sido para el ser humano uno de los primeros canales de comunicación. Ya sea el Nilo, el Rin, el Sena, el Danubio o el Yang-tse, la humanidad ha utilizado los ríos para comerciar, comunicarse y desplazarse.
El turismo fluvial comenzó probablemente con las barcazas faraónicas en el Nilo milenario, y más recientemente, todos recordamos los barcos a vapor que recorrían el Misisipi y el Ganges.
Así, tras el auge de los cruceros marítimos, las compañías navieras han desarrollado este otro tipo de cruceros. Es cierto que no se trata de a inmensidad de los océanos, ni de la grandiosidad del mar hasta el confín del horizonte, pero a cambio tenemos muchas ventajas.
Cruceros accesibles, más cortos y además de la cercanía las grandes capitales, los cruceros fluviales son menos agitados, por lo que las personas que no se encuentran bien en el mar disfrutarán sin marearse.
Los barcos son más pequeños, más humanos, y las escalas son más abundantes y largas con lo que se pueden realizar excursiones a lugares que nos interesen.
Los cruceros han perdido esa imagen monolítica de grandes paquebotes llenos de bullicio y de fiesta. Esto existe y atrae a muchísimo público, pero la tendencia es a la especialización y la diversificación. Los cruceros a la carta, temáticos, culturales (musicales, literarios), se unen a los cruceros para singles, parejas, jubilados o jóvenes; y también los cruceros realizados en veleros.
Crucero en velero por el Río Amazonas.
En este sentido, Uruguay podría coordinar y “dar vida” a establecimientos rurales y atractivos que son visitados por público dirigido por compañías privadas desde el exterior, pero permanecen desconocidos para quienes llegan imaginando que Uruguay es solamente “sol y playa”.
La ministra de Turismo y Deportes , Liliam Kechichian, destacó que se está trabajando en un plan para que pequeños cruceros partan desde la ciudad de Colonia para navegar el río Uruguay, en una nueva opción para los viajeros.
“Tenemos expectativas de que cruceros de pequeña escala lleguen a Colonia. Hay algunas limitaciones técnicas pero aún así creemos que embarcaciones de estas características puedan arribar”, confió la ejecutiva.
Kechichian, por otro lado, aseguró que ”hay una oportunidad extraordinaria para detenernos a pensar en embarcaciones de pequeño porte arribando a este lugar que puede ser de considerable interés para los turistas de cruceros».
En el diseño de un nuevo producto como el turismo fluvial (puertos y ríos), la gerente de comercialización y finanzas de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Ana Rey sugirió “estudiar la demanda de proveedores marítimos para este tipo de buques que recorrerán el río Uruguay y si los turistas van a pernoctar en hoteles o camarotes. Además, dónde se van a comprar los víveres y conocer qué busca el cliente: satisfacción, sueños, destinos, sensaciones, autenticidad, historia, monumentos, naturaleza”.
La expositora estimó que un punto con potencial para desarrollar esta modalidad de turismo fluvial es la Meseta de Artigas, en Paysandú. Añadió que el crucerista puede dejar 50 dólares por escala como escenario de mínima contribución. Si ese turista pernocta en algún punto de la ruta fluvial la cifra alcanzaría los 150 dólares.
“Hay que adaptar mucho la oferta para que la rentabilidad para las comunidades y el propio armador sea atractiva”, porque los buques tendrían una capacidad de 100 a 150 pasajeros, observó.
Es de destacar la actividad del gobierno y actores sociales de la ciudad anfitriona, Colonia, que se destaca permanentemente por la realización de reuniones y encuentros con vista no solamente a su desarrollo y mayor conocimiento sino del país todo.
La Dirección de Turismo de la Intendencia de Colonia, conjuntamente con la Asociación Turística Departamental, ofrecieron a los participantes, una recorrida por el Barrio Histórico de la ciudad, donde los visitantes se fueron encontrado con cambio de guardia, mimos, un grupo de bailarines de tango, actuaciones, murgas, comparsas, coro, una escenografía de estudiantes del liceo y en el atracadero de yates una degustación de empanadas y vino a cargo del Instituto Municipal de Hotelería y Gastronomía.
Participaron de la recorrida el Secretario General Doctor Escribano Pablo Manitto y la Directora de Turismo Contadora Mariela Zubizarreta.
Colonia tiene el plus de dejar en el visitante una imagen imborrable que además tiende a ser recordada con una mezcla de encanto-embrujo que lleva a comentar y generar aún mayor interés internacional.