De franchutas y minas: LA MUJER EN EL TANGO: BUENAS, MALAS, TRAICIONERAS Y PEORES; MENOS LA MADRE… PORQUE HAY UNA SOLA.
El TANGO, así con mayúsculas, recorrió un largo camino hasta ser aceptado en «sociedad» y pasó de ser bailado en los arrabales, entre hombres mientras esperaban ser atendidos por la mujer del momento; a ser recibido en los grandes salones y conquistar el mundo. Base indiscutible de nuestra cultura, parte de nuestra idiosincrasia y no tan «llorón» como algunos creen, tema al que dedicaremos próxima nota. Hoy hablamos del protagonismo de la mujer; prometemos una nota del tango entre hombres que no tiene ninguna connotación con elecciones sexuales.
El tango, fue originariamente sólo una danza, música, pero luego de un proceso de transformación se convirtió en tango canción y la mujer, en la destinataria preferida de sus letras.
Con la aparición de la letra, con un sentido literario argumental, llegaron las temáticas que, en repetidas ocasiones, los autores tomaron como pretexto para sus creaciones. No es lo mismo la participación de la mujer en el tango, ya sea como cantantes, compositoras y hasta con sus “orquestas de señoritas”, que en sus letras.
Buenas, malas, traicioneras, madres, la lista de temas relacionados con ellas es infinita, al igual que la enorme cantidad de tangos que se hicieron en su honor, o no.
No obstante existen dos protagonistas, o mejor, antagonistas claramente identificables, la madre, la santa, la que llora por la costurerita que dio el mal pazo; la otra, la mala, la traicionera, la que arrastró por el fango las esperanzas del marido o de la madre, según.
Para Angélica Cabrera que expusiera en la Peña Che Bandoneón, el mundo del tango no es machista por generación espontánea, hay que recordar que nace y se desarrolla en una sociedad machista ya que toda la América, desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego, fue conquistada por los españoles que traían además de la espada, la ideología aportada por la Iglesia Católica de la sumisión de la mujer. Lo reafirma el Concilio de Trento (1545-1563) que sostiene: “los fundamentos de la casa son la mujer y el buey. El buey para que are, la mujer para que guarde “. Persiste con este pensamiento la Contrarreforma.
En los comienzos del siglo XIX ,en el Río de la Plata se toma el modelo europeo, la mujer queda reducida a partir del ascenso de la burguesía a una condición de inferioridad que no difiere de las épocas anteriores: las mujeres pasan a ser asexuados en las costumbres, la vestimenta y en los hechos cotidianos.
Sarmiento decía: “una mujer que piensa es un peligro” (1867). Eduardo Wilde, médico, escritor, político, en 1880 era la voz de la burguesía, y afirmaba que lo único santificador era el matrimonio legítimo, y de no ser así, de uniones ilegítimas nacían más mujeres que varones y esto no era beneficioso para la sociedad.
El tango nació en arrabales y por ello seguramente la primera mujer, la protagonista absoluta de las letras ha sido esa mujer que encontraban los guapos, y no tanto, en aquellos barrios de pecado y pobreza, antes de llegar al cabaret, donde todo se terminaba de perder.
Seguramente “la inspiración” de los letristas se debió a las imágenes que abundaban a su paso. La explotación de la mujer a través de la prostitución obligada, (comenta Cobello) fue una actividad ampliamente difundida en los albores del siglo XX.
La inmigración masculina reclamaba mujeres y esa demanda imperiosa era satisfecha por una oferta variada que, en las capitales del Plata se brindaba en el bajo, donde se exhibían un prostíbulo al lado del otro. Allí abundaban mujeres cuya especialidad fueron los trabajadores, marineros y cafishos, para luego recibir también a los compadritos y niños bien.
Se “importaban” jovencitas de toda Europa, siendo las francesas las que gozaron de un prestigio casi legendario, sobre todo desde 1910 cuando un verdadero ejército de prostitutas galas invadió con mayor o menor fortuna Buenos Aires, Montevideo.
En este caso ya no eran organizaciones sino explotadores individuales – los maquereaux o macrós- que las traías. Los franceses solían tener oficinas donde hacían transacciones, compras, y hasta ventas de propiedades, pues las “franchutas” (palabra compuesta de francesa y prostituta) eran verdaderas “minas” para sus dueños.
Un claro ejemplo de esta situación está descriptos en “Griseta”, con este se inicia el denominado tango-romanza, es decir el inspirado en las viejas romanzas, arias italianas de carácter sencillo y tierno. Se trata de tangos de características melódicas, sin rastros del típico canyengue, y con una técnica musical más elevada que la que comúnmente aparece en el género.
Letra de «Griseta»
1924
Mezcla rara de Museta y de Mimí
con caricias de Rodolfo y de Schaunard,
era la flor de París,
que un sueño de novela,
trajo al arrabal.
Y en el loco divagar del cabaret
el arrullo de algún tango compadrón
alentaba una ilusión,
soñaba con Des Grieux
queria ser Manón.
Francesita
que trajiste pizpireta
sentimental y coqueta
la poesía de Quartier...
Quién diría
que tu poema de Griseta
sólo una estrofa tendría
la silenciosa agonía
de Margarita Gauthier.
Mas la fría sordidez del arrabal
agostando la pureza de su fe,
sin hallar a su Duval
secó su corazón lo mismo que un Muguet.
Y una noche de champán y de cocó
al arrullo funeral de un bandoneón,
pobrecita se durmió,
lo mismo que Mimí,
lo mismo que Manón.
GLOSARIO del tema
Quartier: Barrio francés. En el contexto se utiliza como poesía popular
Griseta: Joven de condición humilde que ejerce la libertad sexual..
Manon: por Manon Lescaut de la obra de Antoine Francois Prevost
Eso era, precisamente, el aire que convenía para una letra que hablaba de aquella «francesita»/ que trajiste pizpireta,/ sentimental y coqueta,/ la poesía del quartier». Una letra que, como su música ya no tenía arrestos compadritos y sí una clara identidad romántica.
Esos versos fueron escritos por José González Castillo, un hombre que, cuando muy joven, había oído el canto de famosos payadores que se reunían en la peluquería donde trabajaba. Pero su cultura iba más allá de aquellas rimas espontáneas que dejaron su estela en sus poemas iniciales.
Para entonces, González Castillo ya había devorado ávidamente a los grandes de la novelística francesa y los personajes de tales obras reaparecían insólitamente en las estrofas de «Griseta«: Museta, Mimí y Rodolfo Schaunard, protagonistas de la novela «Escenas de la vida de bohemia», de Henri Murger, que también inspirarían a Puccini en su ópera «La bohème». También encontramos a Des Grieux y Manón, de la obra de Antoine François Prévost «Historia del caballero Des Grieux y Manon Lescaut» y a Margarita Gauthier y Armando Duval, la célebre pareja de «La dama de las camelias», de Alejandro Dumas (hijo).
Griseta (castellanización del francés grisette) era el nombre dado a las costureras y obreras, a causa de cierta tela gris, floreada, que vestían. «Pero esas muchachas -aclara José Gobello– debían ser bastante ligeritas, porque en el siglo XIX se llamaba grisettes a las jóvenes burguesas que se dejaban galantear fácilmente». Tal como la protagonista del tango.
El tango fue estrenado por Raúl Laborde en el sainete de Mario Rada «Hoy transmite Ratti Cultura», que representaba en el Teatro Sarmiento de Buenos Aires la compañía de César Ratti, el 27 de octubre de 1924. El título debe haber desconcertado a más de un porteño ya que el apellido Ratti substituía la palabra radio.
Gardel lo grabó ese mismo año y también lo hizo Ignacio Corsini, en una versión muy original, donde el estribillo lo hace en falsete.
En 1929 se graba por Alberto Gómez, en octubre, el tango ¡Atenti, pebeta! Con letra de Celedonio Esteban Flores y música del famoso bandoneonista Ciriaco Ortiz, todo un consejo para la hermana o la vecinita buena que debían no sólo ser, sino parecer una buena mujer; para que no la confundan con una griseta.
ATENTI PEBETA!
1929
Cuando estés en la vereda y te fiche un bacanazo ,
vos hacéte la chitrula y no te le deschavés ;
que no manye que estas lista al primer tiro de lazo
y que por un par de leones bien planchados te perdés
. Cuando vengas para el centro, caminá junando el suelo,
arrastrando los fanguyos y arrimada a la pared,
como si ya no tuvieras ilusiones ni consuelo,
pues, si no, dicen los giles , que te han echao a perder.
Si ves unos guantes patito, ¡rajáles !
A un par de polainas, ¡rajáles, también!
A esos sobretodo con catorce ojales
no les des bolilla , porque te perdés;
a esos bigotitos de catorce líneas
que en vez de bigote son un espinel …
¡Atenti, pebeta! seguí mi consejo;
yo soy zorro viejo y te quiero bien.
Abajáte la pollera por donde nace el tobillo,
dejáte crecer el pelo y un buen rodete lucí.
Compráte un corsé de fierro con remaches y tornillos
y dale el olivo al polvo, a la crema y al carmín.
Tomá leche con vainillas o chocolate con churros,
aunque estés en el momento propiamente del vermut.
Después compráte un bufoso y, cachando al primer turro ,
por amores contrariados le hacés perder la salud.
GLOSARIO DEL TEMA: