Uruguay, inicia medición de la Huella de Carbono
Este concepto que se busca desarrollar, mide el impacto de las actividades humanas con relación al Cambio Climático. Se trata de la medición de las cantidades de gases de efecto invernadero que serían los causantes del aumento de la temperatura liberados a la atmósfera a consecuencia de la producción, distribución y consumo de los productos y/o servicios que cada empresa produce y comercializa. Dicha medición se hace en toneladas de carbono, de ahí el nombre de Huella de Carbono. Uruguay, no es ajeno a este indicador y algunas empresas privadas desde el año 2009 han implementado su medición (TEYMA), como forma de sostener ventas con mercados más exigentes.
En concreto, se busca medir cuánto incide en el calentamiento global el producto que elabora una empresa. En este proceso se contabiliza el carbono liberado en la producción, se toma en cuenta la distancia y el tipo de trasporte que se utiliza hasta llegar el producto al mercado que lo compró; se debe incluir mediciones del carbono que liberan los trabajadores que van a la empresa, hasta el proveedor de materias primas, etc. Es complejo el proceso (de medición) pero se logra.
Si bien no es obligatorio reportar este indicador, hoy por hoy, son las empresas las que en forma voluntaria deciden hacerlo o no, aunque la mayoría de las multinacionales lo están ya implementado para informar al consumidor cuánto es la Huella de Carbono que insume el producto que está comprando. Hay más de 5 mil empresas en el mundo que lo hacen y de éstas hay cerca de 500 empresas grandes que cotizan en bolsa que lo cumplen. Este tema lleva implícito la reputación que tiene la empresa y muchas veces hace cambiar el comportamiento de ciertos consumidores a la hora de comprar.
La cadena de supermercados inglesa ”Tesco” imprime en el ticket la cantidad de carbono que tiene el producto que el consumidor compra. Esto provoca en los mercados europeos que se tomen en cuenta las preferencias de los consumidores y se considere qué grado natural tiene cada producto al momento de comprarlo. También en algunos países se están etiquetando productos con la cantidad de carbono que se liberó en la producción. Es apróx saber cuántas calorías insume comerlo, y en el caso específico del carbono se podrá leer, cuánta cantidad de carbono se gastó en producir tal producto.
Poco a poco, en Reino Unido, Francia y otros países de Europa y de EE.UU. Se va incorporando la información. En el caso de Uruguay, las tendencias llegan sea ésta a través de la exigencia de las multinacionales instaladas en el país o por aquellos sectores que son exportadores y a los que se les exige tales requerimientos desde las casas matrices; otras veces se observa que la información es incompleta en aquellos productos que se buscan introducir en mercados específicos, y por tanto, hay que evitar este tipo de barreras y dificultades. Además, la operación de medir, o no, es estratégica para la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que asegura la sostenibilidad ecológica del planeta.
La medición de Huella de Carbono en Uruguay es tema de agenda nacional a través del programa de cambio climático. Aún está en proceso tal medición pero las cadenas productivas como la de la carne, la agrícola, la forestal y la vitivinícola serán una de las prioritarias para el país.
En resumen, los beneficios de medir la huella de Carbono demuestra un compromiso ambiental como país, que lleva a la reducción de costos mediante la identificación de los temas a mejorar; permite posicionar a las empresas del sector que lo están realizando; es una preparación previa antes de la aplicación de la obligatoriedad futura, además de ser una oportunidad entre plantas competidoras.
CARNE OVINA URUGUAYA, CERTIFICADO DE “CONFIABILIDAD”
Los consumidores de carne en Europa cambiaron sus preferencias y hoy exigen conocer si la carne ovina uruguaya cuenta con la medición de la Huella del Carbono o no y por tal motivo habrá que certificarla, dijo el ministro Aguerre (Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay) Estas expresiones fueron vertidas el año pasado en un Seminario referente a la medición que se está implementando en el corto plazo.
Los primeros datos sobre la Huella de Carbono obtenidos por el MGAP para la cadena de la carne bovina, el arroz y la leche, son por demás auspiciosos y demuestran que Uruguay está en buen camino, sostuvo el ministro de la Cartera. Uruguay, ha iniciado estudios para medir la Huella del Carbono en la carne ovina y específicamente la del cordero pesado para su exportación.
La Huella de Carbono, mide la cantidad de gases de efecto invernadero que emite una cadena productiva hasta alcanzar un producto terminado y colocarlo en el destino del comprador. En la Unión Europea (UE) hay personas y clientes dispuestos a pagar precios diferenciales en productos amigables con el medio ambiente.
La Cámara de Comercio e Industria Uruguayo – Alemana, en conjunto con la Cámara Mercantil, la Unión de Exportadores del Uruguay, Unión Europea y la Cámara Uruguaya de Servicios Agropecuarios, realizaron en el año 2014 un desayuno de trabajo, cuya tema se centró en los «Beneficios de la Certificación de Sustentabilidad. Claves de acceso al mercado europeo y últimas tendencias en certificación de biocombustibles, biomasa, alimentos y químicos», del mismo participaron expertos: alemanes, locales y el ministro Aguerre.
Para Aguerre, la crisis económica de la UE representó una oportunidad para el país para diferenciarse de sus competidores. Pues el tema está en el valor ambiental de la biodiversidad agrícola, el uso eficiente del agua, conservación de suelos, la trazabilidad y la protección de los efectos del clima.
La confiabilidad se puede tener en términos genéricos como país, pero a veces esa confiabilidad hay que certificarla. En el mercado europeo, los consumidores hoy exigen una certificación de sustentabilidad, es una de las características de la globalización. No cumplir con esta meta es quedar fuera de mercado, expresó el ministro.
Columnista invitada:
Ma Elisa Fernández Delgado