El presidente Luis Lacalle Pou comunicó las primeras decisiones tomadas y aseguró que espera que este tiempo de visitantes sea “de recuperación” para un segmento que sufrió las consecuencias de la pandemia de coronavirus Covid-19. Segmento que como se sabe influye en casi absolutamente todas las actividades del país ya sea directa o indirectamente y en que algunos departamentos es su esencial y principal fuente de ingresos, entre otras cosas porque los visitantes no se limitan a los lógicos paseos y distracciones, sino que muchos se asesoran, entusiasman y culminan invirtiendo, lo que da por consecuencia entre otras, el movimiento no sólo de ventas inmobiliarias, sino de la construcción.
El mar puntaesteño añorando yates y cruceros
“Tenemos una gran posibilidad, a pesar de la diferencia de tipo de cambio que está lejos de nuestro poder de acción”, afirmó el primer mandatario y remarcó que lo único que puede hacer Uruguay en este momento del mundo «es promocionarse» al exterior.
«El mundo necesita de alegría, felicidad, y si hay una actividad en el mundo asociada a felicidad y alegría es el turismo», reflexionó Lacalle Pou.
En ese sentido, el territorio, que comenzó con el proceso de apertura gradual de fronteras en septiembre, finalizará con éste el 1 de noviembre, un mes después de que lo haga Argentina.
Los visitantes no residentes uruguayos tendrán exonerados el IVA en el sector gastronómico, en el alquiler de vehículos y viviendas a través de inmobiliarias.
En tanto que para los locales se decidió el beneficio de devolución de nueve puntos de IVA en los mismos sectores.
Todas estas medidas de atracción turística entrarán en vigencia el 1 de octubre y continuarán hasta el 30 de abril de 2022.
Los beneficios se dan en un contexto en el que se aumentó el aforo a 600 personas para fiestas y eventos en lugares cerrados y para personas vacunadas.
Mientras que para los lugares al aire libre, pueden concurrir 800 personas por un lapso de seis horas
En cambio, en todos los eventos que sean sin vacunación obligatoria el límite es de 200 personas en espacios cerrados y de 400 en abiertos.
En diálogo con C5N, la funcionaria sostuvo que una de las tareas está enfocada en abrir el “paso vecinal fronterizo Salto – Concordia” para empezar a flexibilizar la frontera con Uruguay.
Cruce fronterizo Concordia-Salto
La avanzada responde a un pedido concreto del gobernador peronista Gustavo Bordet, quien elevó el protocolo sanitario de rigor a las autoridades nacionales de su país, en pos de que sea rehabilitado el tráfico vecinal en los tres pasos fronterizos de la provincia: el citado Concordia-Salto (puente internacional Salto Grande), el de Colón-Paysandú (el General Artigas) y el de Gualeguaychú-Fray Bentos (General San Martín).
La apuesta del mandatario tiene en rigor un matiz respecto del pedido de otros gobernadores: apunta a reactivar un movimiento fronterizo de corte vecinal -hay intensos lazos familiares, comerciales y culturales a ambos lados de la frontera- pero sin la obligación de presentar un PCR negativo con cada cruce.
“Somos muy optimistas en que muy pronto se pueda dar la habilitación”, aseguró Bordet días atrás, además de remarcar que “es un reclamo de los intendentes y de las comunidades” y que hay “familias que están entrecruzadas, una parte vive en Uruguay y otra en Argentina, y hace muchos meses que no pueden verse”.